Descripción
Esta obra de arte surge de la atracción y curiosidad que siempre me ha generado el Corb Marí (Cormorán).
Se trata de un ave marina que bucea para alimentarse de peces y crustáceos y suele volar a una altura muy baja, casi pegado al mar. Es una especie que habita en las orillas marítimas y en Baleares hay una de las poblaciones más importantes del Mediterráneo occidental.
Siempre me han cautivado sus formas estilizadas que le permiten «volar» bajo el mar. Cuando lo veo sumergirse y desaparecer bajo la superficie durante un buen rato, me surge la incertidumbre del lugar en el que volverá a emerger… y despierta en mí una sensación de libertad por su capacidad para volar cerca del Mediterráneo.
En el caso de esta escultura de madera, he querido reproducir su forma y unirlo a la base con una varilla (procedente de material reciclado) para darle libertad de movimiento y diversas perspectivas. En cuanto a la base, es madera quemada con la técnica japonesa Yakisugi. Este proceso consiste en quemar la madera con el objetivo de que sea más resistente y mejorar su belleza a través de un sistema natural en el que no se usan productos químicos.
Esta técnica nació hace más de 4 siglos en Japón para mejorar la durabilidad de las maderas que se estropeaban en las zonas costeras debido al salitre y la humedad.